Faltaban pocos minutos para las diez de la noche cuando el paso de Nuestra Señora del Amparo, cotitular de la hermandad del Señor de la Oración en el Huerto, daba un giro de 180º para despedirse de la Córdoba inmemorial. La Agrupación Musical Ecijana (AMUECI), desgranaba los sones de la marcha ""La Madrugá"". El público, en menor cuantía que en años anteriores por culpa del llamado ""deporte rey"", guardaba un sonoro y respetuoso silencio hasta que el paso era depositado, en medio de la penunbra, en la nave de la epístola de la iglesia del antiguo cenobio franciscano. Habián pasado poco más de cuatro horas desde que la cruz parroquial abría el cortejo de hermanos olivareros llevando a su Reina de rostro tierno y acogedor, como corresponde a una Madre que acuna al Hijo del mismísimo Dios.
Como viene siendo habitual, claveles ""rosa chicle"" y cirios blancos constituían el exorno del paso, magistralmente portado por la cuadrilla comandada por el popular ""Curro"". Marchas solemnes, con alguna pequeña concesión a la galería acompasaron el discurrir de la Madre de quienes padecen los sinsabores de la incuria de los depredadores del llamado primer mundo. Ante la fachada de la basílica de San Pedro, un año más, los sones de Lágrimas en su Desamparo sellaron el vínculo indeleble que une a las hermandades de la Misericordia y el Huerto. Poco después llegaría el momento de rendir homenaje en la capilla del colegio de la Piedad, el más antiguo de Córdoba, fundado por el Padre Cosme allá por 1607. Minutos depués, no sin vivirse unos instantes de duda ante la presencia de la, tan nefasta e indeseada lluvia, la comitiva se adentraba en la calle Armas, posiblemente la más cofrade de nuestra ciudad, aunque por ella no discurra ninguna hermandad penitencial. Las flores y plantas que engalanan los balcones parecían alargarse para acariciar el bello rostro de María, a la vez que la calle se estrechaba para acunar, aun más si cabe, al Rey del mundo. Y al final... el giro que todos los cofrades esperamos año a año a los sones de la marcha ""Santísimo Cristo en su desamparo..."" Desde aquí hasta el final del recorrido procesional todo fueron parabienes y felicitaciones. Un año más, y van siete, la hermandad del Huerto pone su nota de color en las fechas en que se recuerdan a aquellos que, nos esperan en el balcón privilegiado del cielo.
Foto: Francisco Román
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