"Rafael Cuevas Mata.
Madrid.
No hay madres que vayan a Arenas a recoger el capirote de cartón. Tampoco en Checa se dan las últimas puntadas a las nuevas túnicas de nazareno. Ni siquiera huele a azahar por las calles. Aquí no hay naranjos, ni cubrerostros, ni túnicas, ni nada de eso. Pero algo pasa en Madrid que, durante esta semana, se ha vivido una especie de Cuaresma estival a casi 40º de temperatura. En Cibeles se colocan andamios y estructuras tal y como en Las Tendillas se instalan en Marzo para conducir la Carrera Oficial. En la iglesia del Carmen huele a cera fundida y a limpia plata. En las calles jóvenes, muchos jóvenes, en busca de pasos procesionales haciendo cola en la puerta de la iglesias. Todo esta preparado en Madrid para que comiencen las Jornadas Mundiales de la Juventud y el punto cofrade, lo ponen las hermandades llegadas desde diferentes ciudades españolas para la celebración del Santo ejercicio del Via Crucis, dirigido por Su Santidad, Benedicto XVI.
Tanto los madrileños, como los turistas ajenos a las JMJ y, por supuesto, todos los participantes en ellas, se acercan estos días a los distintos templos de la capital madrileña para admirar los pasos procesionales que ya lucen terminados a la espera de su traslado hasta el Paseo de la Castellana. Pero si hay un paso cofrade que llame la atención, es el que cerrará esta manifestación pública de fe a través de la Pasión de Cristo. El paso de palio de la Virgen de Regla, de la cofradía sevillana de Los Panaderos, luce de manera espectacular bajo las bóvedas del céntrico templo del Carmen. La dulzura de esta imagen sevillana se encuentra vestida con sus mejores galas y precedida por su candelería, sobre cuyos cirios está pintado el anagrama de las JMJ de Madrid 2011.
Un triduo dedicado a la imagen mariana y un besamanos extraordinario el próximo Domingo, completarán esta sacra estancia que la Virgen de Regla está teniendo en la capital española. Unos días que, sin duda, quedaran en el recuerdo de todos y cada uno de los hermanos de esta cofradía sevillana, al igual que en la de todos los cofrades que han trasladado sus imágenes sagradas hasta este acontecimiento. Pero si alguien recordará estas estructuras sagradas, estos montajes efímeros, este trocito de Andalucía en Madrid, serán los miles de jóvenes llegados desde cualquier punto del mundo y que hoy, cámara y teléfono móvil en mano, no dejan pasar ni un solo instante sin captarlo para toda su vida.
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