Dentro de unas horas estará frente al público, representando a la juventud cofrade cordobesa. En su intensa trayectoria, Javier Bazán Benítez ha destacado en aspectos tan dispares de las hermandades como la priostía, Internet o su profundo conocimiento –pese a su edad- de la música procesional andaluza y, especialmente, cordobesa. En esa vigilia tensa que aborda a todo pregonero, hablamos con él de su visión de la Semana Santa, de su trayectoria y de su lado más personal.
-Si tuvieras que definir a Javier Bazán, ¿qué destacarías?
Sin duda, la evolución ocurrida desde que llamé a las puertas de mi hermandad siendo un niño hasta el día de hoy, y lo que aún me queda que aprender.
-¿Cómo empiezas en el mundo de las cofradías?
La primera vez que me visto el hábito nazareno fue en Bujalance, el pueblo en que nacieron mis padres, en la cofradía de la Vera Cruz. Sin embargo, comienzo a trabajar en mi hermandad, la del Císter, a los diez u once años, tras un reparto de túnicas en el que, junto a un amigo, pregunté si podía ir a ayudar. Ese día ya me quedé allí, y comencé a experimentar de cerca lo que era el trabajo diario de una cofradía.
-Has ejercido labores de priostía, ¿cómo lo recuerdas?
La priostía es una de las mayores fuentes de aprendizaje sobre cofradías, ya que abarca muchísimas facetas del trabajo diario de una hermandad. Recuerdo el esfuerzo y el sacrificio, pero también lo bien que lo pasábamos, lo compenetrados que estábamos y, por supuesto, que el trabajo no es molestia cuando lo haces para engrandecer a Dios y a María a través de tus Sagrados Titulares.
-Has participado de manera muy activa en la difusión de la Semana Santa cordobesa a través de Internet, ¿cuál consideras que es el potencial que la red puede aportar a nuestras hermandades?
Internet es el vehículo de comunicación más importante de hoy en día. Permite compartir opiniones, conocimientos, preguntas y respuestas con prácticamente el mundo entero, y esto es importantísimo, porque provoca que el mundo entero pueda conocer nuestra Semana Santa y pueda ser atraído a la ciudad en estos días de esplendor, además de permitirnos contrastar, con cofrades de otros lugares o de la misma ciudad, sus formas de trabajar o la solución que le hayan dado a un determinado problema que compartimos.
-Actualmente, estás inmerso en la difusión del patrimonio musical de Córdoba, ¿qué papel desempeña la música procesional, dentro del mismo?
El de la marcha procesional es un género importantísimo de la música popular española, andaluza y, por supuesto, cordobesa. Grandes músicos cordobeses o que han pasado por Córdoba, como Enrique Báez, Pedro Gámez, José de la Vega o Luís Bedmar han cultivado un género que nace de la inspiración popular, y cuya riqueza es incomparable. Es necesario que los cofrades cordobeses conozcamos la variedad y calidad de nuestra música procesional, y nos molestemos en investigarla y promocionarla como se merece.
-Dentro de, prácticamente unas horas estarás en el atril, representando a la juventud cofrade cordobesa, ¿qué quieres transmitirle?
Quiero llevarles a los jóvenes un mensaje de esperanza, de confianza en sí mismos y de su capacidad para tomar el testigo dentro de poco. Pero también, y sobre todo, la necesidad de que eso se haga dentro de la Iglesia y viviendo plenamente y sin miedo nuestra condición de jóvenes y de cristianos.
DE CERCA:
-Un Cristo: Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto.
-Una Virgen: María Santísima Nazarena. Aparte de mis devociones personales: Nuestro Padre Jesús de la Sangre y Nuestra Señora Reina de los Ángeles.
-Una marcha: “Ángeles, Reina”, de José de la Vega.
-Un pregón: Fernando Morillo-Velarde, Miguel Ángel de Abajo y Francisco José Mellado.
-Un enclave: San Agustín.
-Un reto: Que el mensaje que intento transmitir en el Pregón haga reflexionar a ese sector de la juventud cofrade que no está tan integrado como debiera en las hermandades y en la Iglesia.
-Un sueño: Que las cofradías sean verdaderamente fuente de hermandad y amistad entre sus miembros, y los cofrades testigos y defensores del mensaje de Cristo y su Iglesia.
-Un cofrade: Cualquiera de los que trabajan calladamente en sus hermandades, sin utilizarlas en su propio beneficio.
Texto: Blas Jesús Muñoz
Foto: Archivo Javier Bazán. Presentación del Cartel del Foro Córdoba Cofrade en la capilla de la hermandad de la Expiración, en la Real Iglesia de San Pablo.
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