El nuevo paso de la hermandad del Prendimiento se encuentra en una avanzada fase de talla. Hoy se ha presentado a través de su web, donde observamos el desarrollo iconógrafico y la originalidad en la disposición de los diversos elementos.
DESCRIPCIÓN EN LA WEB DE LA HERMANDAD:
Como del naranjo brotan los primeros y esperados capullos de azahar, nuestra querida Hermandad tiene el grandísimo honor de presentar los avances en la ejecución del paso procesional del Divino Salvador. De las creativas gubias de Miguel Ortiz y Manuel Jurado surge la talla frontal y trasera del canasto. Y de las virtuosas manos del imaginero Edwin González las cartelas y atlantes que las completan. Sirvan estas líneas para mostrarles nuestro más sincero agradecimiento, pues no hay mayor acierto que el de ofrecer libertad a los creadores. Las imágenes que acompañan al texto dan fe de la calidad, el detalle, preciosismo, delicadeza y dominio de las técnicas.
El conjunto se ha diseñado para que desde su posición elevada se vuelque hacia el espectador envolviéndolo en la escena. El frontal y trasera son quizás los dos apartados que más significado simbólico tienen para la historia de nuestra Hermandad. Como recogía el programa iconográfico, las cuatro esquinas acogen a los Evangelistas como portadores y transmisores de la Nueva Alianza. Bajo esta idea el artista los representa de una manera poco habitual y aparecen desvestidos en su torso, soportando el peso de la escena y arropados por el tetramorfos.
Mención aparte merecen las cartelas. Ambas son relieves que rozan el bulto redondo. La frontal recoge la escena principal del programa iconográfico, la Sagrada Cena, como momento en el que se instituye la Nueva Alianza que, posteriormente, se consumará con la Pasión, Muerte y Resurrección. En ella aparecen los doce junto al Señor. En cambio, la trasera muestra a Cristo, San Juan y Judas Iscariote en el anuncio de la traición, como preludio del Prendimiento y testimonio de una de las mayores debilidades humanas hacia Dios.
Por su parte, la talla se materializa en una exuberante rocalla que enmarca las escenas y soportan los atlantes al modo de ménsulas, mientras que unas pequeñas cartelas verticales y un rotundo baquetón superior armonizan y dan coherencia al espacio. Por su originalidad y virtuosismo cabe citar, especialmente, las guirnaldas de parra junto a sus uvas de jade y amatista, los fénix que las soportan y los remates centrales que se erigen en una gran explosión.
En suma el estreno del frontal y trasera del canasto para este año 2016, constituye un delicado conjunto que representa en todo su esplendor al rococó afrancesado con ciertos toques centroeuropeos.