Durante los días 5 y 6 de junio, cincuenta y cuatro jóvenes, acompañados del párroco y cuatro matrimonios, compartieron la riqueza que supone la vocación matrimonial. El punto fuerte del cursillo fue la celebración de la eucaristía junto a la comunidad parroquial. El domingo acabó la jornada con una convivencia festiva.
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